9 de octubre de 2015
Alejandro Díaz
Usualmente creo que a los programas nuevos, ya sea en televisión, radio o podcast, hay que darle tiempo para que se desarrollen. Por ejemplo, cuando Conan O’Brien tomó el Tonight Show, los ejecutivos de NBC cayeron en un estado de pánico cuando se percataron el estilo de comedia no convencional mezclado con ratings mediocres. En vez de darle la oportunidad de que el programa madurara, como hicieron en sus tiempos Letterman y el mismo O’Brien en Late Night, regresaron al comediante que todas las abuelas blancas aman, Jay Leno.
El día que John Stewart anunció su retiro fue de gran tristeza para mí. The Daily Show ha sido parte de mi rutina mañanera por años. En aquel momento, ya John Oliver se había ido HBO y Stephen Colbert se preparaba para tomar el espacio de otro de los grandes en CBS. No había un sustituto claro, Comedy Central parecía que había perdido todo su banco de talento en un solo cantazo. Amy Shummer dijo que no y otros comediantes prominentes también. Se mencionó a Amy Poehler y a Tina Fey, pero esto eran solo rumores.
En fin, Comedy Central hizo lo mismo que hizo hace 16 años, contrató a un desconocido. Con el anuncio de Trevor Noah me puse sumamente nervioso, pero hace dos semanas, cuando empezó la era del sudafricano, le di la oportunidad y me recordé que había que darle el beneficio del tiempo y que madurara. Dudo mucho que a Noah le importara mi objetividad y paciencia, especialmente porque no la necesitó.
Desde el primer momento que habló en cámara, Noah demostró carisma y confianza. Parecía como si llevara 16 años en esa silla. En su primer monólogo prometió continuar la guerra contra el “bull shit”, haciendo alusión a las últimas palabras de Stewart, y eso ha hecho. Mientras muchos en “Late Night” se han enfocado en Donald Trump, Noah ha enfilado sus cañones a las barbaridades que salen de la boca (las cuales salen lentamente y sin una onza de carisma) del Dr. Ben Carson, el negro que todos los blancos aman. Noah se ha encargado de encontrar las contradicciones en sus discursos y explotar la desconexión que tiene el candidato con la realidad de los ciudadanos.
Al igual que hace John Oliver en su programa en HBO, Noah también busca temas que no estén siendo cubiertos adecuadamente por la prensa. Por ejemplo, las reformas que se están proponiendo al sistema penal federal y los constantes ataques a Planned Parenthood.
Además, Trevor Noah trae una visión de un continente del cual no nos gusta hablar mucho. Regularmente el sudafricano nos recuerda lo engreídos que somos y como, en ocasiones, nos enfocamos en los asuntos más irrelevantes. Un buen ejemplo de esto es cuando las características de Donald Trump le eran demasiado familiares.
En fin, si no le has dado la oportunidad al nuevo Daily Show, tienes que hacerlo. Trevor Noah es un sucesor merecedor de esa silla. Confío en que continuará la gran labor de John Stewart que tan necesaria es. Y lo más importante, mi rutina mañanera no tiene que cambiar.
